jueves, 27 de mayo de 2010

VISITAMOS LA ALHAMBRA


Nos bajamos del autobús en la Alhambra, que es un pueblo muy largo que tiene castillos, casas y piscinas con peces.
Primero hicimos pipí en el cuarto de baño, donde estaba una mujer fregando. Luego vino una profesora que estaba en la calle y se llamaba Lola y un maestro que les iba a enseñar la Alhambra a los mayores.
Fuimos donde había un puente chico con agua que se llamaba “El Puente del Agua” y otro puente grande por donde pasaban las personas.
Estuvimos en un bosque y teníamos que estar callados porque había palomas, ardillas… y había una fuente que no se podía beber.


Llegamos a una puerta con arco que se llamaba “Puerta de la Justicia”, que estaba muy oscura y los soldados se escondían en la esquina  y cortaban la cabeza a los enemigos  porque al entrar no veían nada.

Después fuimos a otra puerta que tenía agua para lavarse. Comimos en los jardines de la Alhambra, había un gato salvaje y una paloma, que Quimy quería pillar.


Subimos a una torre grande, grande, gigante y se veían todas las casas de un barrio que se llama Albaycin.


Vimos unos leones, pero no en la fuente, porque los de la fuente están viejos y los estaban arreglando y los vimos en una tele. Los vimos en el Palacio de Carlos detrás de unos cristales, había dos,  uno en cada esquinilla, cada uno echaba agua por su boca.
Los musulmanes tienen un dios al que rezaban, pero no nos acordamos de cómo se llamaba.

Había una columna con un pájaro, que era un águila, con las alas abiertas y nosotros abrimos las manos como el águila.
En el bosque había una alberca con peces y una carpa. Las saludamos como los árabes diciendo “ Salam Halikum “ y como nos entendieron se acercaron a despedirse de nosotros.
Adriana nos recuerda el cuento de las  princesas. Era así:
Unos soldados y unos capitanes, de sus padres se escondían con sus espadas. Los capitanes se sentaban en un banco, vieron a los soldados y a las princesas y se enamoraron de ellos y una se quedó con sus padres y de tanto llorar y de tanto llorar se convirtió en una fuente.
De las tres princesas, dos se enamoraron de los príncipes  que eran de otra ciudad, se casaron y se escaparon ellas solas.
Como la Alhambra es mágica nos enseñaron a decir Hola en la ciudad de la Alhambra y teníamos que poner la mano derecha primero en el corazón después en la boca y por último en la frente y al mismo tiempo decíamos “ Salam Halikum “ y para decir Adios es lo mismo pero al revés “ Halikum Salam “.
Después nos fuimos al autobús que estaba en el parkin y nos vinimos hacia Diezma.”

REDACTADO POR LOS NIÑOS Y NIÑAS DE 3, 4 Y 5 AÑOS
(Mayo 2010)